viernes, 16 de marzo de 2012

Sexualidad en adolescentes, riesgo para VIH/SIDA

La epidemia del VIH/SIDA ha marcado a los jóvenes como la generación del SIDA, pues nunca han conocido un mundo sin SIDA. Las estadísticas confirman que millones de ellos ya han muerto. Pero tanto para los adultos como para los jóvenes, y principalmente para estos últimos, la epidemia parece ser invisible. Ante tal situación debemos comprender que se necesitan estrategias a nivel global que se centren en la juventud.
La sexualidad, aunque es parte natural de los procesos de desarrollo en los adolescentes, es a la vez factor importante que hace aumentar el riesgo de contagio de infecciones de transmisión sexual (ITS) y VIH/SIDA. Aunado a esto, la promiscuidad, y la poca utilización de métodos preventivos, así como la falta de una correcta educación sexual, son los puntos claves que hay que atender para fomentar una cultura libre de riesgos para estas infecciones.
Notablemente se puede constatar el auge de prácticas irresponsables en la sexualidad de los grupos de adolescentes y adultos jóvenes. Prácticas que quedan al margen de la ética que rige los principios morales de una sociedad en decadencia, a pesar de los grandes avances científicos y tecnológicos que distinguen la era postmoderna.
En una nueva educación sexual, fundamentada en una ética vinculada a los derechos humanos, se propone enseñar que la sexualidad es algo maravilloso que merece vivirse, no de cualquier forma, o de manera mediocre, sino de manera responsable.
Podemos decir que se vive una sexualidad en forma responsable cuando en base a una moral bien aprehendida…
  • La persona (adolescente, joven o adulto) se hace cargo de los propios actos y decisiones.
  • Tiene en cuenta los riesgos y consecuencias de los propios actos sobre sí mismo y los demás.
  • Cuando se toma en cuenta los propios sentimientos, valores y actitudes para tomar decisiones respecto a la vida sexual coital o no coital.
  • Cuando se tiene el valor para decidir aplazar el placer y la gratificación en situaciones que ocasionarían problemas y consecuencias negativas para sí mismo y otras personas; mayormente ante el riesgo de contagio para ITS y el HIV/SIDA en la actualidad.
  • Cuando decide libre, consciente y autónomamente, como resultado de una adecuada autoestima.
  • Cuando la propia vivencia sexual está asociada a un sentido que le da significado a la experiencia sexual y amorosa.
  • Cuando decide mantener relaciones sexuales con una sola persona toda la vida.


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